Qué Comprar para Controlar la EII: Lista de alimentos para EII y Suplementos

Para quienes conviven con la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), una buena alimentación puede ser un aliado clave en el manejo de los síntomas. Durante los brotes o en el período postoperatorio, elegir los alimentos correctos puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una fase prolongada de malestar. Al centrarse en alimentos para EII que sean fáciles de digerir, se pueden minimizar las molestias y apoyar la salud intestinal. Además, una comida para EII bien planificada ayuda a evitar la improvisación y el estrés que puede generar la ansiedad de no saber qué comer.

¿Qué es la EII y cómo afectan los alimentos?

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) incluye afecciones como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Ambas se caracterizan por la inflamación crónica del tracto digestivo, que puede provocar dolor, diarrea, y otros síntomas gastrointestinales. Por eso, es fundamental adaptar la dieta. Los alimentos para EII deben ser cuidadosamente seleccionados, evitando aquellos que pueden irritar el sistema digestivo y empeorar los síntomas.

Planificación de la nutrición según los síntomas

Organizar la alimentación basada en las necesidades específicas de la EII ayuda a evitar decisiones impulsivas y promueve un mayor control de los síntomas. Durante un brote, el cuerpo necesita comida para EII que sea suave y sin fibra insoluble. Esto permite que el sistema digestivo descanse y evita la irritación.

Una buena planificación también facilita una recuperación más fluida en el postoperatorio. Al contar con una lista de alimentos para EII predefinida, se evita la tentación de recurrir a opciones poco adecuadas, reduciendo la ansiedad y el estrés que provoca no saber qué comer. En su lugar, tendrás a mano comida para EII que ayuda a nutrir y sanar el organismo.

Cómo evitar la improvisación y tomar el control

Planificar la nutrición no solo permite un mejor manejo de la EII, sino que también ayuda a evitar decisiones impulsivas motivadas por la ansiedad. Cuando sabes qué alimentos para EII comprar y tienes una lista clara, reduces la probabilidad de improvisar y de caer en opciones que pueden desencadenar síntomas. Tomarse el tiempo para crear una lista específica de comida para EII evita que te conviertas en «esclavo» de la ansiedad, ya que tendrás opciones seguras y adecuadas siempre disponibles.

Cuando se trata de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, seleccionar los alimentos para EII adecuados puede facilitar una mejor digestión y reducir los síntomas. La clave está en elegir opciones que sean suaves para el sistema digestivo y evitar aquellos que puedan causar irritación. A continuación, veremos algunos principios básicos para armar una lista de comida para EII que sea útil durante los brotes y el postoperatorio.

Durante un brote de EII, es fundamental optar por alimentos para EII que sean fáciles de digerir. Las comidas suaves como los purés y cremas resultan ser excelentes opciones, ya que son blandas y no requieren mucho esfuerzo digestivo. Este tipo de comida para EII ayuda a minimizar el impacto en el sistema digestivo, permitiendo que se recupere sin mayor irritación.

Además, durante la recuperación postoperatoria, los alimentos para EII fáciles de digerir pueden facilitar el proceso de curación, evitando que el sistema digestivo se esfuerce demasiado.

Para las personas con EII, la fibra insoluble puede ser difícil de tolerar, ya que puede irritar el intestino y provocar síntomas como dolor o diarrea. Por eso, es crucial que la comida para EII esté libre de fibra insoluble, especialmente durante los momentos críticos como los brotes y la recuperación.

Para asegurar una digestión más cómoda, evita alimentos como los cereales integrales, las frutas con piel, y los vegetales crudos o con fibra dura. Sustituir estos ingredientes por opciones bajas en fibra, como el arroz blanco y las frutas blandas (como el plátano), es una excelente manera de crear una lista de alimentos para EII adecuados.

Aunque se debe evitar la fibra insoluble, es importante que la comida para EII proporcione suficientes nutrientes esenciales. Los lácteos suaves, como el yogur natural y el queso fresco, son buenas fuentes de proteínas y calcio, sin añadir fibra irritante. El arroz y las cremas de arroz, por otro lado, aportan carbohidratos fáciles de digerir que proporcionan energía sin estresar el sistema digestivo.

Para asegurar que la dieta sea equilibrada, también es útil incluir suplementos como la glutamina, que ayuda en la reparación del tejido intestinal, y hierbas antiinflamatorias como la ashwagandha y la cúrcuma. Estos suplementos se consideran alimentos para EII que no solo son seguros, sino que también pueden apoyar la salud intestinal a largo plazo.

Las proteínas son esenciales, pero algunas opciones pueden ser difíciles de digerir en casos de EII. Durante los brotes y en el postoperatorio, es mejor elegir alimentos para EII como huevos, pollo sin piel, y embutidos que tengan al menos un 90% de contenido cárnico. Estos tipos de comida para EII aportan proteínas de alta calidad sin añadir ingredientes que puedan irritar el sistema digestivo.

La alimentación es un pilar fundamental para quienes padecen de EII, especialmente en momentos críticos como los brotes y el postoperatorio. Seleccionar cuidadosamente los alimentos para EII durante estas fases ayuda a reducir los síntomas y facilita una mejor recuperación. Aquí te presentamos opciones de comida para EII que son suaves, nutritivas y que cumplen con los requisitos de una dieta libre de irritantes.

Los purés y cremas son excelentes alimentos para EII debido a su textura suave y su fácil digestión. Las sopas licuadas de calabacín, zanahoria y papa, por ejemplo, son ideales para una comida para EII durante un brote. Estos alimentos proporcionan nutrientes esenciales sin añadir fibra insoluble, lo cual ayuda a evitar la irritación del sistema digestivo.

Además, las cremas de verduras cocidas y peladas ayudan a mantener el cuerpo hidratado, algo fundamental en momentos de malestar digestivo. Puedes optar también por agregar proteínas como pollo desmenuzado o pescado blanco, que aportan nutrientes sin sobrecargar el sistema digestivo.

El plátano es una fruta particularmente recomendada para la EII, ya que es baja en fibra insoluble y rica en potasio. Esta comida para EII proporciona energía de forma rápida y es fácil de digerir, lo que la convierte en una opción excelente durante los brotes.

Las frutas suaves y sin piel, como el melón y la papaya, también son buenas alternativas. Estas opciones de alimentos para EII ayudan a mantener el aporte de vitaminas sin añadir elementos irritantes, siendo especialmente útiles en el postoperatorio.

Los lácteos suaves, como el yogur natural y el queso fresco, son opciones ideales dentro de la comida para EII. Estos alimentos aportan calcio y proteínas sin añadir irritantes al sistema digestivo. Además, el yogur natural contiene probióticos que pueden favorecer la salud intestinal.

Es importante elegir quesos que sean suaves y bajos en grasa, como el queso ricotta o el requesón. Estos alimentos para EII ayudan a cubrir las necesidades nutricionales, sin causar molestias digestivas.

El arroz blanco y las cremas de arroz son alimentos para EII recomendados, especialmente durante un brote. Este tipo de comida para EII es fácil de digerir y aporta carbohidratos simples que el cuerpo puede absorber rápidamente para obtener energía. Las cremas de arroz, en particular, son útiles para quienes están en fase de recuperación, ya que ofrecen una textura suave y reconfortante.

Para una mayor versatilidad, puedes combinar el arroz blanco con proteínas suaves como el pescado blanco o pechuga de pollo desmenuzada. Esto te permitirá disfrutar de una comida para EII completa y equilibrada.

Para complementar la dieta, los suplementos también son una gran ayuda. La proteína en polvo es ideal para quienes necesitan aumentar su ingesta proteica sin recurrir a alimentos que pueden ser difíciles de digerir. Este tipo de comida para EII asegura una buena nutrición sin causar irritación.

Además, suplementos como la glutamina, la ashwagandha y la cúrcuma ofrecen beneficios adicionales. La glutamina es conocida por ayudar en la reparación de la mucosa intestinal, mientras que la cúrcuma y la ashwagandha poseen propiedades antiinflamatorias que pueden ser de gran utilidad durante los brotes.

Los embutidos con un contenido mínimo de 90% de carne son una opción adecuada para obtener proteínas de calidad. Estos alimentos para EII deben ser seleccionados cuidadosamente para evitar aditivos y asegurarse de que sean lo más naturales posible. Los huevos, al ser libres de fibra insoluble y ricos en nutrientes, son otra excelente comida para EII. Se pueden preparar de formas suaves, como en huevos revueltos o cocidos, para que sean fáciles de digerir.

Seleccionar los alimentos para EII adecuados es tan importante como saber cuáles evitar. Hay ciertos ingredientes que pueden agravar los síntomas y dificultar la digestión, por lo que es esencial identificarlos y mantenerlos fuera de la lista de compras. A continuación, se detallan los alimentos que conviene evitar para una dieta más segura en EII.

La fibra insoluble puede ser problemática para las personas con EII, ya que tiende a irritar el tracto digestivo y puede empeorar síntomas como el dolor abdominal y la diarrea. Los alimentos para EII deben estar libres de esta fibra, que se encuentra en cereales integrales, salvado de trigo, frutos secos y verduras crudas.

Es mejor optar por opciones bajas en fibra, como arroz blanco y frutas sin piel. Estos alimentos son más fáciles de digerir y no afectan el sistema digestivo de la misma forma. Al evitar la fibra insoluble, se minimizan las posibilidades de irritación, ayudando a mantener una comida para EII suave y segura.

Los alimentos grasos o fritos son conocidos por ser difíciles de digerir y pueden empeorar los síntomas de EII. Este tipo de comida para EII debe limitarse, ya que las grasas tienden a ralentizar la digestión y pueden provocar molestias como hinchazón y dolor. Ejemplos de estos alimentos incluyen la comida rápida, productos fritos y carnes muy grasosas.

Para una dieta más amigable, es mejor optar por alimentos cocidos al vapor, a la parrilla o al horno. Esto asegura que los alimentos para EII sean más fáciles de digerir y no desencadenen síntomas innecesarios.

Las verduras crudas y los alimentos con piel son difíciles de digerir y no se recomiendan como comida para EII durante los brotes o en el postoperatorio. Este tipo de alimentos contiene fibra insoluble y puede ser irritante para el intestino. Las pieles de frutas y vegetales, como la de las manzanas o los pepinos, son especialmente problemáticas.

Una mejor opción es pelar y cocinar las verduras, ya que esto las hace más suaves y fáciles de digerir. Las zanahorias cocidas, el calabacín sin piel y el puré de papa son ejemplos de alimentos para EII que mantienen el valor nutricional sin irritar el sistema digestivo.

El picante puede ser muy irritante para quienes padecen de EII. Condimentos como el chile, la pimienta negra y las salsas picantes pueden desencadenar o agravar los síntomas. Para una comida para EII segura, es mejor evitar estos ingredientes y optar por hierbas suaves como el orégano o el tomillo, que aportan sabor sin causar irritación.

Si bien el picante puede ser tentador para agregar sabor, es importante recordar que los alimentos para EII deben ser lo menos irritantes posible. Con esto en mente, se puede lograr una dieta que no solo sea segura, sino que también resulte agradable y sabrosa sin la necesidad de ingredientes picantes.

  1. E100 – Curcumina:
    • Se encuentra en: Margarinas, quesos, productos de panadería, sopas preparadas, salsas, productos de confitería y snacks.
  2. E101 – Riboflavina (Vitamina B2):
    • Se encuentra en: Cereales fortificados para el desayuno, productos lácteos, bebidas energéticas, productos de panadería y pastelería.
  3. E140 – Clorofilas y clorofilinas:
    • Se encuentra en: Bebidas, helados, chicles, productos de confitería y algunas salsas.
  4. E150a – Caramelo simple:
    • Se encuentra en: Refrescos de cola, cervezas oscuras, salsas de soya, panes y pasteles.
  5. E160a – Carotenos (Beta-caroteno):
    • Se encuentra en: Margarinas, productos lácteos, sopas, salsas, bebidas y productos de panadería.
  6. E162 – Rojo de remolacha (Betanina):
    • Se encuentra en: Helados, yogures de frutas, bebidas, productos de confitería y postres.
  7. E163 – Antocianinas:
    • Se encuentra en: Bebidas de frutas, vinos, mermeladas, gelatinas y caramelos.
  8. E170 – Carbonato de calcio:
    • Se encuentra en: Productos de panadería, confitería, chicles y como suplemento de calcio.
  9. E200 – Ácido sórbico:
    • Se encuentra en: Quesos, productos de panadería, bebidas sin alcohol, salsas y aderezos.
  10. E202 – Sorbato de potasio:
    • Se encuentra en: Jugos de frutas, vinos, productos lácteos y productos de panadería.
  11. E260 – Ácido acético:
    • Se encuentra en: Vinagre, aderezos para ensaladas, encurtidos y salsas.
  12. E270 – Ácido láctico:
    • Se encuentra en: Yogures, quesos, encurtidos, panes y productos cárnicos procesados.
  13. E300 – Ácido ascórbico (Vitamina C):
    • Se encuentra en: Jugos y néctares de frutas, carnes procesadas, panes y cereales fortificados.
  14. E306 – Extractos ricos en tocoferoles (Vitamina E):
    • Se encuentra en: Aceites vegetales, margarinas, cereales y productos de panadería.
  15. E322 – Lecitinas:
    • Se encuentra en: Chocolates, margarinas, helados, productos de panadería y lácteos.
  16. E330 – Ácido cítrico:
    • Se encuentra en: Bebidas gaseosas, jugos de frutas, caramelos, conservas y salsas.
  17. E406 – Agar-agar:
    • Se encuentra en: Postres gelatinosos, mermeladas, helados, sopas instantáneas y confitería.
  18. E410 – Goma de algarrobo:
    • Se encuentra en: Helados, postres lácteos, salsas, cremas y productos de panadería.
  19. E412 – Goma guar:
    • Se encuentra en: Productos sin gluten, helados, salsas, aderezos y productos cárnicos.
  20. E440 – Pectinas:
    • Se encuentra en: Mermeladas, jaleas, yogures, rellenos de pastelería y caramelos.

  1. E210 – Ácido benzoico:
    • Se encuentra en: Bebidas carbonatadas, jugos de frutas, salsas, encurtidos y productos en conserva.
  2. E211 – Benzoato de sodio:
    • Se encuentra en: Bebidas gaseosas, mermeladas, salsas, aderezos y alimentos enlatados.
  3. E220 – Dióxido de azufre:
    • Se encuentra en: Frutas secas (como albaricoques y uvas pasas), vinos, cervezas y jugos de frutas.
  4. E223 – Metabisulfito de sodio:
    • Se encuentra en: Vinos, cervezas, frutas secas, patatas deshidratadas y productos cárnicos.
  5. E249 – Nitrito potásico:
    • Se encuentra en: Carnes curadas, embutidos y algunos productos cárnicos procesados.
  6. E250 – Nitrito sódico:
    • Se encuentra en: Jamón, salchichas, tocino y otras carnes procesadas.
  7. E251 – Nitrato sódico:
    • Se encuentra en: Carnes curadas, embutidos y algunos quesos maduros.
  8. E262 – Acetato de sodio:
    • Se encuentra en: Snacks salados, salsas, condimentos y algunos productos de panadería.
  9. E320 – Butilhidroxianisol (BHA):
    • Se encuentra en: Cereales, chicles, snacks, grasas y aceites comestibles.
  10. E321 – Butilhidroxitolueno (BHT):
    • Se encuentra en: Productos de panadería, cereales, snacks y alimentos grasos.
  11. E338 – Ácido fosfórico:
    • Se encuentra en: Bebidas cola, refrescos, productos lácteos y procesados.
  12. E420 – Sorbitol:
    • Se encuentra en: Caramelos sin azúcar, chicles, productos dietéticos y medicamentos.
  13. E421 – Manitol:
    • Se encuentra en: Caramelos, chicles, productos dietéticos y farmacéuticos.
  14. E422 – Glicerol:
    • Se encuentra en: Productos de panadería, dulces, licores y alimentos bajos en grasa.
  15. E951 – Aspartamo:
    • Se encuentra en: Bebidas «light» o «diet», edulcorantes de mesa, chicles sin azúcar y postres bajos en calorías.

  1. E102 – Tartrazina:
    • Se encuentra en: Bebidas gaseosas, gelatinas, caramelos, sopas instantáneas y snacks.
  2. E104 – Amarillo de quinoleína:
    • Se encuentra en: Bebidas, postres, productos de pastelería, golosinas y alimentos procesados.
  3. E110 – Amarillo anaranjado S:
    • Se encuentra en: Bebidas, helados, productos de panadería, salsas y sopas.
  4. E122 – Azorrubina:
    • Se encuentra en: Bebidas, postres, productos de pastelería, gelatinas y caramelos.
  5. E123 – Amaranto:
    • Se encuentra en: Bebidas alcohólicas, productos de panadería, confitería y algunas gelatinas.
  6. E124 – Rojo Ponceau 4R:
    • Se encuentra en: Bebidas, productos de pastelería, postres, embutidos y sopas instantáneas.
  7. E127 – Eritrosina:
    • Se encuentra en: Cerezas en conserva, productos de panadería, helados y algunos caramelos.
  8. E129 – Rojo Allura AC:
    • Se encuentra en: Bebidas, gelatinas, caramelos, productos de panadería y snacks.
  9. E131 – Azul patente V:
    • Se encuentra en: Bebidas, caramelos, productos de confitería y algunos postres.
  10. E142 – Verde S:
    • Se encuentra en: Guisantes enlatados, menta confitada, bebidas y productos de confitería.
  11. E210 – Ácido benzoico:
    • Se encuentra en: Bebidas, salsas, encurtidos, mermeladas y productos enlatados.
  12. E211 – Benzoato de sodio:
    • Se encuentra en: Refrescos, mermeladas, salsas y productos de confitería.
  13. E220 – Dióxido de azufre:
    • Se encuentra en: Frutas secas, vinos, cervezas, vinagres y algunos jugos de frutas.
  14. E621 – Glutamato monosódico (MSG):
    • Se encuentra en: Sopas instantáneas, comidas preparadas, salsas, snacks salados y condimentos.
  15. E951 – Aspartamo:
    • Se encuentra en: Bebidas dietéticas, edulcorantes, chicles sin azúcar y productos bajos en calorías.
  16. E952 – Ciclamato de sodio:
    • Se encuentra en: Bebidas dietéticas, edulcorantes artificiales, productos bajos en calorías y medicamentos.
  17. E954 – Sacarina:
    • Se encuentra en: Edulcorantes de mesa, bebidas dietéticas, productos de confitería sin azúcar y medicamentos.
  18. E1105 – Lisozima:
    • Se encuentra en: Quesos (especialmente variedades duras), productos cárnicos y algunos vinos.
  19. E1518 – Triacetina:
    • Se encuentra en: Emulsionantes en productos de panadería, chicles, bebidas alcohólicas y cápsulas de medicamentos.
  20. E1520 – Propilenglicol:
    • Se encuentra en: Helados, productos de panadería, glaseados, colorantes alimentarios y bebidas.

Las bebidas carbonatadas, como los refrescos, y el alcohol son otros elementos que deben evitarse en una comida para EII. Estas bebidas pueden irritar el tracto digestivo y provocar hinchazón y dolor. En su lugar, es recomendable optar por agua o infusiones suaves como la manzanilla o el té de jengibre, que ayudan a calmar el sistema digestivo.

Para mantener una ingesta adecuada de líquidos sin riesgo de irritación, es mejor seleccionar opciones que no sean gaseosas y evitar el consumo de alcohol, que también puede interferir con la absorción de nutrientes y agravar los síntomas de EII.

Planificar una lista de alimentos para EII puede facilitarte el proceso de selección en el supermercado y ayudarte a mantener una dieta adecuada. Con una lista bien pensada, puedes evitar los productos que puedan agravar los síntomas y centrarte en los alimentos que te ayudarán a sentirte mejor. Aquí te comparto algunos consejos para crear una lista de comida para EII segura y completa.

Las etiquetas nutricionales son tus aliadas al seleccionar alimentos para EII. Cuando hagas la compra, revisa el contenido de fibra en cada producto. Prefiere aquellos que sean bajos en fibra insoluble y evita los que contengan ingredientes difíciles de digerir, como algunos aditivos o conservantes.

Busca siempre alimentos sin azúcares añadidos y bajos en grasas saturadas. Esto ayudará a que tu comida para EII sea más saludable y no contenga ingredientes que puedan irritar el tracto digestivo. Esta simple práctica hará que tu compra sea más segura y ajustada a tus necesidades.

No todos los lácteos son iguales, por lo que es importante elegir los que mejor se adapten a tu situación. Al comprar alimentos para EII, opta por yogures naturales sin azúcar añadido, que sean bajos en lactosa y en grasas. Los quesos frescos y el requesón son opciones ideales, ya que suelen ser suaves y no contienen fibra insoluble.

Al elegir lácteos bajos en grasa y sin aditivos irritantes, puedes disfrutar de una comida para EII rica en calcio y proteínas, sin poner en riesgo tu sistema digestivo. Esto te permitirá cubrir necesidades nutricionales importantes, sin temor a desencadenar síntomas.

Los suplementos pueden ser un complemento esencial en la dieta para EII. Al incluir alimentos para EII como la proteína en polvo o suplementos como la glutamina, estás ayudando a fortalecer tu organismo y reparar el tejido intestinal. La cúrcuma y la ashwagandha también son opciones valiosas debido a sus propiedades antiinflamatorias.

Asegúrate de verificar la calidad de estos suplementos antes de comprarlos. Busca productos que sean puros y de fabricantes reconocidos. Con esta estrategia, puedes tener la confianza de que los suplementos que añades a tu comida para EII son seguros y beneficiosos.

Uno de los mayores beneficios de planificar tu lista de alimentos para EII es que te ayuda a tener siempre opciones a la mano, reduciendo la necesidad de improvisar. Un menú semanal te permite incluir variedad y asegurarte de que cada comida esté alineada con tus necesidades. Además, te permite ahorrar tiempo y esfuerzo a la hora de cocinar, ya que sabrás exactamente qué preparar cada día.

Al planificar con antelación, aseguras que tu comida para EII cubra todos los nutrientes necesarios y evitas caer en tentaciones poco saludables. Así, puedes concentrarte en disfrutar de tus alimentos y mantener una dieta equilibrada y adecuada para tu situación.

Finalmente, asegúrate de comprar cantidades adecuadas de alimentos para EII que sean duraderos, como el arroz, las cremas de arroz y los lácteos envasados. De esta manera, siempre tendrás en casa opciones seguras y no tendrás que preocuparte por quedarte sin comida adecuada en momentos críticos.

También es útil tener a la mano proteínas en polvo o suplementos que puedan servirte en caso de no poder preparar una comida completa. Con una comida para EII lista para consumir, te sentirás más tranquilo y menos expuesto a improvisaciones que puedan afectar tu digestión.

Las proteínas son fundamentales en la dieta para mantener la masa muscular y favorecer la reparación del tejido, especialmente en fases de recuperación. En el contexto de la EII, es importante elegir alimentos para EII que sean de fácil digestión y que no sobrecarguen el sistema digestivo. Aquí tienes opciones variadas:

  • Huevos: Son una excelente fuente de proteínas completas y fáciles de digerir. Puedes prepararlos cocidos, en revueltos o al horno para asegurarte de que sean suaves.
  • Carnes y Pescados: Elige cortes magros de carne como pechuga de pollo o pavo. En cuanto a pescados, opta por variedades suaves como el bacalao, la merluza o la tilapia, que son fáciles de digerir y bajos en grasa. Cocínalos al horno, a la parrilla o al vapor.
  • Proteína Whey: Los batidos de proteína whey (suero de leche) son ideales para obtener una fuente concentrada de proteínas sin necesidad de alimentos sólidos. Busca opciones que sean bajas en azúcares añadidos y sin ingredientes artificiales. Estos batidos pueden ser útiles si tienes dificultades para digerir alimentos sólidos durante los brotes.

Los carbohidratos son una fuente esencial de energía. En el caso de la EII, es recomendable elegir comida para EII que ofrezca carbohidratos de fácil digestión, evitando las variedades integrales y ricas en fibra insoluble. Estas opciones son ideales para incluir en tu lista de compras:

  • Arroz Blanco: Es un carbohidrato suave, de digestión rápida, que puede ser la base de múltiples comidas. Cocínalo hasta que esté bien blando y combínalo con proteínas suaves.
  • Cremas de Arroz: Perfectas para el desayuno o la cena, las cremas de arroz son ligeras y fáciles de digerir. Puedes prepararlas con leche deslactosada para añadir algo de proteína.
  • Pasta Blanca: Selecciona pasta refinada, que es baja en fibra y suave para el estómago. Cocínala bien para asegurar una textura blanda, y acompáñala con salsas suaves.
  • Pan Blanco: Opta por pan blanco sin corteza para reducir aún más la fibra. Puedes tostarlo ligeramente o utilizarlo para hacer bocadillos con embutidos de alta calidad.
  • Crema de arroz: Esta forma de arroz es de fácil digestión y espesa las heces, además hay varios sabores aquí
  • Avena: La avena aporta fibra soluble, es prebiótica, alta en proteínas y muy digestiva. Para hacer batidos o recetas aconsejo esta

Los lácteos son una excelente fuente de calcio y proteínas. En la dieta para EII, es importante seleccionar alimentos para EII bajos en lactosa y que no tengan grasas saturadas en exceso. Estas son opciones seguras y nutritivas:

  • Yogur Natural: Prefiere el yogur natural sin azúcares añadidos y, si es posible, bajo en lactosa o deslactosado. El yogur es suave y contiene probióticos que pueden ayudar a la salud intestinal.
  • Quesos Frescos: Variedades como el requesón o el queso ricotta son opciones bajas en grasa, con poca o ninguna fibra. Estos quesos son fáciles de digerir y pueden ser un buen complemento en ensaladas o comidas ligeras.
  • Leche Deslactosada: La leche deslactosada puede ser una buena opción si toleras bien los lácteos. Si prefieres una alternativa vegetal, asegúrate de que sea sin azúcares añadidos y que esté enriquecida con calcio.

Las frutas son una excelente fuente de vitaminas y minerales, pero en la EII es importante elegir variedades con bajo contenido de fibra insoluble. Estas frutas son fáciles de digerir y ofrecen nutrientes esenciales:

  • Plátanos: Los plátanos son una opción ideal por su bajo contenido de fibra insoluble y su riqueza en potasio, que ayuda a mantener el equilibrio de electrolitos, algo crucial durante los brotes.
  • Melón: Esta fruta es baja en fibra, tiene un alto contenido de agua y es suave para el sistema digestivo. Disfrútalo en porciones pequeñas y sin semillas.
  • Papaya: La papaya es conocida por su efecto beneficioso sobre la digestión y su bajo contenido de fibra. Puedes consumirla en trozos o hacerla puré para facilitar aún más la digestión.

Los vegetales pueden ser parte de una dieta equilibrada para EII, siempre y cuando se consuman pelados y cocidos. Esto reduce la cantidad de fibra insoluble y facilita su digestión:

  • Calabacín: Este vegetal es ideal cuando se cocina al vapor o hervido y se sirve sin piel. Tiene un alto contenido de agua y una textura suave.
  • Zanahorias: Las zanahorias cocidas son una excelente fuente de betacarotenos y se pueden incluir en purés o cremas. Asegúrate de pelarlas antes de cocinarlas para reducir la fibra insoluble.
  • Patatas: Las patatas peladas y cocidas son una fuente de carbohidratos suaves. Puedes hacerlas en puré o simplemente cocerlas al vapor para una digestión más fácil.

Los suplementos y hierbas pueden ser de gran ayuda en la dieta para EII, ya que aportan nutrientes adicionales y propiedades antiinflamatorias que son beneficiosas para el sistema digestivo:

  • Proteína en Polvo (Whey o Vegetal): La proteína en polvo es una excelente opción para complementar tu ingesta diaria de proteínas, especialmente si la digestión de sólidos es complicada. Elige una fórmula sin edulcorantes artificiales.

Proteina

  • Glutamina: Conocida por su capacidad para fortalecer y reparar la mucosa intestinal, la glutamina puede ser un suplemento valioso durante los brotes.

Glutamina

  • Cúrcuma: Este potente antiinflamatorio natural puede ser utilizado en polvo o en cápsulas. La cúrcuma ayuda a reducir la inflamación, lo cual es beneficioso para las personas con EII.

Cúrcuma

  • Ashwagandha: Esta hierba adaptógena no solo ayuda a reducir el estrés, sino que también tiene propiedades antiinflamatorias que pueden beneficiar al sistema digestivo.

Ashwagandha

Para asegurar una hidratación adecuada y facilitar la digestión, considera añadir estos alimentos y productos a tu lista de compras:

  • Caldo Casero: Los caldos de pollo o vegetales hechos en casa son fáciles de digerir y ayudan a mantener una buena hidratación. Opta por recetas sin sal ni condimentos fuertes.
  • Gelatinas sin Azúcar: Las gelatinas son una opción de postre ligera y sin fibra que puedes disfrutar sin preocuparte por el impacto en tu sistema digestivo.
  • Aceite de Oliva Virgen Extra: Este aceite es suave para el estómago y puede utilizarse para aderezar tus alimentos. Evita freír con él, ya que los alimentos fritos no son recomendados para EII.

Cada persona con EII tiene diferentes respuestas a los alimentos. Lo que puede funcionar para uno, puede ser problemático para otro. Por eso, es crucial adaptar la lista de alimentos para EII de manera personalizada, considerando tus reacciones y síntomas. Aquí te presento algunas estrategias que te ayudarán a ajustar tu comida para EII según lo que mejor funcione para ti.

Uno de los primeros pasos para adaptar tu dieta es prestar atención a cómo reacciona tu cuerpo ante distintos alimentos. Llevar un diario de alimentos puede ser una herramienta valiosa para identificar patrones y aislar aquellos que desencadenan síntomas. Registra los alimentos para EII que consumes cada día, junto con cualquier síntoma que experimentes, como hinchazón, dolor abdominal o diarrea.

Con el tiempo, notarás cuáles alimentos son mejor tolerados y cuáles debes evitar. Este conocimiento te permitirá hacer ajustes informados y adaptar la comida para EII de manera que minimice el malestar y maximice la nutrición.

Si deseas probar alimentos nuevos o reincorporar alguno que has evitado, hazlo de manera gradual y en pequeñas cantidades. Esto te permitirá observar cómo reacciona tu cuerpo sin sobrecargar el sistema digestivo.

Introduce un alimento nuevo a la vez y evalúa tu tolerancia. Si no presentas síntomas, puedes considerar aumentar la cantidad o frecuencia de consumo. En caso de experimentar molestias, toma nota y reduce la ingesta. Esta estrategia te ayudará a diversificar tu lista de comida para EII de forma segura.

La forma en que preparas los alimentos para EII puede influir en tu capacidad para tolerarlos. Opta por métodos de cocción que sean suaves, como al vapor, hervido o al horno. Evita freír o asar a altas temperaturas, ya que estos métodos pueden hacer que los alimentos sean más difíciles de digerir y causen irritación.

Si notas que ciertos alimentos son mejor tolerados en puré o crema, continúa preparándolos de esta manera. Además, cocinar a fondo los vegetales y pelar las frutas puede ayudarte a disfrutar de una comida para EII variada sin provocar síntomas.

Aunque la experiencia personal es valiosa, un nutricionista especializado en EII puede ofrecerte orientación personalizada. Ellos pueden ayudarte a identificar los mejores alimentos para EII para tu caso particular y aconsejarte sobre los suplementos que te ayudarán a cubrir tus necesidades nutricionales.

Un gastroenterólogo también puede proporcionar información importante sobre cómo ajustar tu dieta en función de la fase de la EII en la que te encuentres. De este modo, podrás recibir orientación profesional para asegurar que tu comida para EII esté alineada con tu estado de salud actual.

La EII puede ser impredecible, por lo que es importante ser flexible y estar dispuesto a ajustar tu dieta según sea necesario. Si encuentras que ciertos alimentos para EII dejan de ser bien tolerados, o si notas que tus síntomas cambian, no dudes en hacer los ajustes necesarios.

Mantener la flexibilidad en tu comida para EII también significa estar abierto a probar alternativas y opciones que se adapten a tus necesidades actuales. La clave está en encontrar un equilibrio que te permita cubrir tus necesidades nutricionales sin comprometer tu bienestar.

Cuando te enfrentas a un brote o a un cambio importante en tus síntomas, apóyate en alimentos para EII que ya sabes que toleras bien. Estos alimentos confiables pueden ayudarte a mantener una buena nutrición mientras evitas ingredientes que podrían exacerbar tus síntomas.

Para estos momentos, puedes recurrir a tus opciones seguras como purés, caldos, y suplementos en polvo que te brinden una comida para EII suave y adecuada. Tener estos alimentos a mano te permitirá gestionar los brotes de manera más tranquila y controlada.

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