
Introducción
El trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa está revolucionando la forma de entender y tratar las enfermedades inflamatorias intestinales.
A diferencia de los tratamientos clásicos, esta terapia busca restaurar el equilibrio microbiano del intestino. En otras palabras, no suprime la inflamación: va a la raíz del problema.
Por eso, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa se presenta como una opción prometedora para quienes no responden a medicamentos convencionales.
Además, cada vez más estudios respaldan el uso de esta técnica. La terapia con microbiota fecal ya se usa con éxito en infecciones por Clostridioides difficile. Ahora, los ensayos clínicos exploran su impacto en la colitis ulcerosa activa y en el Crohn resistente.
En este artículo exploraremos cómo funciona el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, qué eficacia demuestra, su seguridad, y cómo se compara con los tratamientos actuales.
A pesar de ser una estrategia aún experimental, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa ofrece una nueva vía terapéutica que podría transformar el manejo de estas enfermedades.
¿Qué es el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa?
El trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa consiste en introducir bacterias intestinales de una persona sana en el intestino de un paciente con EII. El objetivo es restaurar una microbiota equilibrada y funcional.
Este procedimiento se basa en una premisa clara: muchas personas con EII presentan disbiosis. Es decir, una flora intestinal alterada, menos diversa y más inflamatoria.
Por tanto, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa intenta revertir esa disbiosis. Lo hace recolonizando el intestino con microorganismos beneficiosos que regulan la respuesta inmune.
Esta terapia con microbiota fecal puede realizarse por diferentes vías: colonoscopia, enema rectal o cápsulas orales. La elección depende del centro médico, el perfil del paciente y la actividad de la enfermedad.
La lógica es sencilla: al restablecer un ecosistema intestinal más sano, se reduce la inflamación crónica. Por eso, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa podría convertirse en un tratamiento complementario o incluso alternativo en algunos casos.
Además, se están explorando variaciones más refinadas. Por ejemplo, usar flora de múltiples donantes, combinar TMF con dieta antiinflamatoria o repetir infusiones en intervalos para sostener la mejora clínica.
Eficacia del trasplante de microbiota fecal en colitis ulcerosa
En los últimos años, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa ha sido especialmente investigado en pacientes con colitis ulcerosa activa. Los resultados son esperanzadores.
Varios ensayos clínicos controlados han demostrado que esta terapia puede inducir remisión clínica en un porcentaje significativo de pacientes. En algunos estudios, la eficacia ha superado incluso a los tratamientos placebo y se ha acercado a la de ciertos medicamentos biológicos.
Por ejemplo, un metaanálisis de 13 estudios encontró que el trasplante de microbiota fecal en colitis ulcerosa logró remisión clínica en más del 50 % de los pacientes tratados, frente a un 29 % en el grupo control.
Además, la terapia con microbiota fecal también ha mostrado buenos resultados a nivel endoscópico. Es decir, no solo alivia los síntomas, sino que también favorece la curación de la mucosa intestinal.
Otro aspecto relevante es que el perfil de seguridad fue similar al del grupo placebo. Esto refuerza la idea de que el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa no solo es efectivo, sino también seguro cuando se realiza bajo supervisión médica.
A pesar de los buenos resultados, aún quedan preguntas sin responder. Especialmente en lo que respecta al mantenimiento a largo plazo. Algunos pacientes recaen semanas o meses después del procedimiento.
Por eso, se están probando nuevas estrategias. Entre ellas, repetir el trasplante cada cierto tiempo o combinarlo con dieta antiinflamatoria, probióticos o terapia farmacológica de bajo impacto.
Eficacia del trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn
A diferencia de la colitis ulcerosa, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn aún no cuenta con evidencia sólida a gran escala. Sin embargo, los primeros resultados son prometedores.
Varios estudios preliminares y revisiones sistemáticas han señalado una mejora clínica tras el procedimiento. De hecho, en series de casos, hasta un 57 % de los pacientes lograron remisión clínica en las primeras semanas.
Esto sugiere que el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa podría ser útil también en Crohn, al menos en fases específicas o tipos concretos de pacientes.
Sin embargo, hay que tener precaución. La mayoría de estos datos provienen de estudios abiertos, sin grupo placebo, lo que dificulta evaluar con certeza el efecto real de la terapia.
Además, la enfermedad de Crohn es más heterogénea que la colitis ulcerosa. Afecta tramos distintos del tubo digestivo y tiene una evolución más impredecible. Esto complica la estandarización del tratamiento.
Aun así, el interés sigue creciendo. Algunos ensayos piloto han mostrado resultados clínicos positivos, sobre todo en pacientes con afectación del colon o tras cirugía. Incluso se investiga si el implante de microbiota intestinal puede prevenir recaídas en pacientes recién operados.
Por el momento, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn debe considerarse experimental. No reemplaza los tratamientos convencionales, pero podría ser una herramienta coadyuvante en escenarios específicos.
Seguridad y efectos adversos del trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa
Uno de los aspectos más importantes al evaluar el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa es su seguridad. Afortunadamente, los estudios coinciden en que se trata de un procedimiento generalmente bien tolerado.
Los efectos secundarios más frecuentes son leves y transitorios. Entre ellos se incluyen gases, distensión abdominal, malestar digestivo o diarrea leve en las horas o días posteriores al procedimiento.
En ensayos clínicos controlados sobre colitis ulcerosa, la incidencia de efectos adversos fue similar entre el grupo tratado y el grupo placebo. Es decir, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa no parece aumentar el riesgo de complicaciones a corto plazo.
No obstante, existe un riesgo potencial importante: la transmisión de infecciones si el donante no ha sido adecuadamente evaluado. En 2019, se reportó un caso grave en Estados Unidos, donde dos pacientes inmunosuprimidos recibieron muestras contaminadas con bacterias multirresistentes. Uno de ellos falleció.
Este caso llevó a actualizar los protocolos. Hoy, los bancos de heces realizan un tamizaje exhaustivo, incluyendo pruebas para bacterias resistentes, virus y parásitos. Gracias a esto, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa se ha vuelto mucho más seguro.
Aun así, hay ciertos perfiles de pacientes en los que se debe tener precaución. Personas con inmunodepresión grave, megacolon tóxico o inflamación severa activa podrían no ser candidatos ideales sin valoración individualizada.
Además, los efectos a largo plazo del implante de microbiota intestinal todavía están siendo investigados. No hay evidencia de daños crónicos, pero sí se monitorea si puede haber efectos metabólicos inesperados, como cambios de peso o alteraciones del perfil inmunológico.Comparación con tratamientos convencionales y biológicos
Para entender el papel del trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, es clave compararlo con las terapias tradicionales.
Los tratamientos convencionales incluyen fármacos como mesalazina, corticoides, inmunosupresores y, más recientemente, los biológicos. Cada uno tiene su función, su eficacia y sus riesgos.
En colitis ulcerosa, el trasplante de microbiota fecal ha demostrado tasas de remisión clínica comparables a algunos medicamentos biológicos. Por ejemplo, estudios recientes muestran entre un 30 % y un 50 % de remisión tras TMF, una cifra similar a la que se obtiene con infliximab o vedolizumab en pacientes moderados.
En enfermedad de Crohn, en cambio, la evidencia del trasplante de microbiota fecal todavía es preliminar. Los biológicos como adalimumab o ustekinumab siguen siendo las opciones más eficaces, especialmente en brotes moderados o graves.
Otro punto clave es el mantenimiento de la remisión. Mientras que los fármacos se administran de forma continua, el implante de microbiota intestinal suele aplicarse una o pocas veces. Aún no hay consenso sobre si se deben hacer refuerzos periódicos para mantener el beneficio a largo plazo.
Respecto a la seguridad, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa tiene una ventaja: no implica inmunosupresión. Esto lo convierte en una opción interesante para pacientes que no toleran bien los efectos secundarios de los corticoides o los biológicos.
Sin embargo, el TMF también tiene sus desafíos. No está aún disponible de forma masiva, requiere protocolos rigurosos de preparación y donación, y puede generar rechazo inicial por parte del paciente.
Comparativa terapéutica: Trasplante de microbiota fecal vs. tratamientos convencionales y biológicos
Aspecto | Trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa | Tratamientos convencionales | Terapias biológicas |
---|---|---|---|
Objetivo principal | Restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal | Reducir la inflamación / modular sistema inmune | Bloquear vías inflamatorias específicas (TNF, IL, etc.) |
Eficacia en colitis ulcerosa | 30–50 % de remisión clínica (comparable a biológicos) | 40–60 % con corticoides / 5-ASA en CU leve | 30–40 % de remisión clínica en CU moderada-grave |
Eficacia en enfermedad de Crohn | Resultados prometedores, pero evidencia limitada | 70–80 % de remisión inicial con corticoides | 30–40 % de remisión; mantenimiento ~20–30 % al año |
Duración del efecto | Corto-medio plazo (puede requerir refuerzos) | Depende del tratamiento; mantenimiento posible | Requiere administración continua (inyectable/oral) |
Seguridad | Alta, si se realiza con controles estrictos; sin inmunosupresión | Riesgos por uso prolongado (corticoides, inmunosupresores) | Riesgo de infecciones, reacciones infusionales, inmunogenicidad |
Efectos secundarios comunes | Gases, malestar digestivo leve, diarrea leve | Osteoporosis, acné, fatiga, toxicidad hepática | Infecciones oportunistas, dolor articular, fatiga |
Aceptación del paciente | Variable, pero buena cuando se explica bien | Alta, por ser tratamientos habituales | Alta, aunque algunos rechazan el uso continuo o inyecciones |
Disponibilidad | Limitada; centros especializados | Alta, en cualquier sistema de salud | Alta, aunque depende del acceso a biológicos |
Costo | Moderado, aún no estandarizado | Bajo-moderado | Alto (coste farmacéutico elevado) |
Conclusiones y perspectivas futuras
El trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa se perfila como una terapia innovadora y complementaria en el manejo de la EII.
En colitis ulcerosa, la evidencia ya demuestra que esta estrategia puede inducir remisión clínica y endoscópica, con tasas similares a las de algunos tratamientos biológicos. Además, tiene un buen perfil de seguridad.
En enfermedad de Crohn, los resultados aún son preliminares. Aunque muchos pacientes han mostrado mejoría, faltan ensayos clínicos grandes y controlados que confirmen su eficacia real.
A nivel de seguridad, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa ha demostrado ser bien tolerado en la mayoría de los casos. Con los protocolos actuales de selección de donantes y preparación de muestras, el riesgo de infecciones graves es muy bajo.
A futuro, se están investigando nuevas formas de aplicación más cómodas (como cápsulas orales estandarizadas), combinaciones con dieta antiinflamatoria y esquemas de mantenimiento con refuerzos periódicos.
Aunque todavía no sustituye a los tratamientos clásicos, el trasplante de microbiota fecal en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa abre una nueva vía de abordaje: en lugar de apagar incendios, busca reconstruir el bosque desde sus raíces.
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Fuentes:
Cochrane Review (2023) – FMT en EII
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10141112/
Feng et al. (2023) – Meta-análisis FMT en colitis ulcerosa
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10449747/
Paramsothy et al. (2017) – Estudio clave en The Lancet
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5401363/
Zhou et al. (2023) – FMT en enfermedad de Crohn
https://link.springer.com/article/10.1007/s00384-022-04299-3
Sokol et al. (2020) – Ensayo piloto en Crohn colónico
https://microbiomejournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s40168-020-0782-3
GUT – BMJ (2022) – TMF + dieta antiinflamatoria en CU
https://gut.bmj.com/content/71/12/2401
CIDRAP / FDA (2019) – Caso de sepsis por TMF mal tamizado
https://www.cidrap.umn.edu/news-perspective/2019/06/paper-details-patient-death-tied-fecal-transplant